La DGT tiene algo que decir: esto es lo que pasa si adelantas a la Guardia Civil
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Es muy probable que en más de una ocasión, mientras conduces por una autovía o una carretera secundaria, te hayas encontrado circulando detrás de un coche de la Guardia Civil. Ante esa situación, surge una duda muy habitual: ¿puedo adelantarles? Es una pregunta común entre los conductores, sobre todo porque la presencia de las fuerzas del orden en la vía impone cierto respeto y puede generar confusión o incluso nerviosismo.
Algunas personas tienden a frenar al verlos, aunque circulen dentro de los límites legales. Otras, en cambio, deciden seguir su camino y rebasarlos con normalidad. ¿Qué es lo correcto? La Dirección General de Tráfico (DGT) lo aclara y es importante tenerlo claro para evitar errores que, aunque bien intencionados, pueden suponer un peligro o una multa inesperada.
¿Se puede adelantar a la Guardia Civil en carretera?
En la red vial española, no es raro encontrarse con vehículos pertenecientes a cuerpos oficiales como la Guardia Civil de Tráfico, la Policía Nacional, o incluso vehículos militares. Estos pueden estar patrullando, realizando controles, o simplemente trasladándose de un punto a otro.
Su presencia genera una reacción casi automática en muchos conductores: levantar el pie del acelerador, comprobar el cinturón o asegurarse de que todo está en orden. Este comportamiento, aunque natural, a veces es contraproducente. Reducir la velocidad de manera abrupta, sólo por ver un coche patrulla, puede ocasionar riesgos innecesarios para los vehículos que vienen detrás.
El Reglamento General de Circulación no prohíbe adelantar a vehículos oficiales, siempre que estos estén circulando correctamente y no estén realizando una intervención. Es decir, si el coche de la Guardia Civil está patrullando, sin luces ni señales especiales, puedes adelantarlo igual que a cualquier otro vehículo, respetando los límites de velocidad y realizando la maniobra de forma segura.
Sin embargo, si el vehículo oficial está realizando una intervención (por ejemplo, lleva las luces encendidas, está en medio de una actuación o señaliza una emergencia), sí está prohibido adelantarlo o entorpecer su acción. En esos casos, hay que extremar la precaución y permitir que hagan su trabajo.
La DGT insiste en una regla básica para cualquier adelantamiento: retrovisor, señal, maniobra. Esto significa que antes de adelantar hay que comprobar que no hay nadie más realizando la misma acción, señalizar adecuadamente y, solo entonces, proceder a ejecutar la maniobra de forma fluida. generar adelantar a un coche de las fuerzas del orden.
Otra fuente de nervios para muchos conductores es cuando un coche de la Guardia Civil se sitúa detrás y parece «vigilarnos». En esos casos, lo mejor es mantener la calma y seguir conduciendo con normalidad. No hay motivo para frenar sin sentido o cambiar de carril.
Sanciones
Muchos conductores asumen que adelantar a un coche de la Guardia Civil puede interpretarse como un acto de «desafío» o una falta de respeto, cuando en realidad no tiene nada de ilegal ni de provocador. Este temor se basa más en la percepción que en la norma. Los cuerpos de seguridad están acostumbrados a que los conductores les adelanten, especialmente en vías rápidas como autovías o autopistas.
Lo que sí puede motivar una sanción es rebasar el límite de velocidad para adelantar. Y aquí es importante recordar una modificación reciente de la ley: ya no está permitido superar en 20 km/h el límite para adelantar en vías convencionales, una práctica que antes estaba autorizada pero que ahora puede ser sancionada.
Errores a evitar
Uno de los errores más frecuentes entre conductores es frenar bruscamente al ver un coche de la Guardia Civil, incluso si no se ha cometido ninguna infracción. Este reflejo, aunque parezca lógico, es peligroso: puede sorprender al conductor que viene detrás, provocar un frenazo en cadena o incluso causar un accidente.
Otro error común es reducir la velocidad por debajo del límite permitido, pensando que eso evitará cualquier tipo de problema. Sin embargo, conducir demasiado lento también puede ser sancionable si entorpece el tráfico o genera una situación de riesgo.
Y hay otro detalle importante: no hagas gestos extraños, como mirar insistentemente al retrovisor o cambiar de carril sin motivo. Estos comportamientos pueden llamar la atención de los agentes y hacer que te detengan solo por precaución.
Conducir junto a vehículos de las fuerzas del orden no debe generar ansiedad ni hacerte dudar de lo que puedes o no hacer. La clave está en conducir con seguridad, cumplir las normas y no hacer movimientos innecesarios. Adelantar a un coche de la Guardia Civil está permitido, siempre que no estén en plena actuación y que se respeten los límites de velocidad y las reglas básicas de circulación.
El respeto a las autoridades es importante, pero conducir con miedo puede ser incluso más peligroso que cometer una infracción leve. La DGT lo deja claro: hay que conducir con responsabilidad, no con temor. Porque al final, los agentes están para protegerte, no para perseguirte por adelantar correctamente.